Las elecciones que hacemos a diario, van definiendo nuestra calidad de vida. Algo esencial para la efectividad personal, es no gastar el tiempo sino invertirlo: en la gente; en nuestros proyectos; en causas significativas; o en enseñar y aprender habilidades. Como ocurre con el dinero, el tiempo que gastamos desaparece, se agota, se termina. Si lo invertimos, en cambio, aumentamos nuestro capital… lo que redunda en futuros beneficios.

Así, mejorar nuestra calidad de vida es hacer elecciones correctas, escuchar nuestra conciencia y seguir sus dictados… Pero para que esto sea posible, debemos primero educarnos. Nada puede dar mayor resultado, ni ejercer mayor influencia en nuestra vida -y en su calidad- que el hecho de educar nuestra conciencia y dejar que ella sea nuestra guía. Al asumir este compromiso, adoptamos un estilo de vida en el cual comenzamos a elegir mejor, aquello que hacemos con nuestro tiempo.   

Autor: Fabián Mozzati